Louis de Rouvroy, duque de Saint-Simon

En 1691, cuando su padre contaba ya 86 años, se estableció en un modesto Hôtel particulier (hotel privado) de Versalles e intrigó en la Corte para ingresar en los Mosqueteros; logró ser presentado a Luis XIV.

Algo después el nuevo duque compró el Regimiento de Carabineros Reales, convirtiéndose así en maestre de campo, por más que sus responsabilidades militares pasaran a un segundo lugar frente a los asuntos cortesanos.

Al año siguiente, en julio de 1694, empezó a escribir sus famosas Memorias, que luego retomaría en 1739.

Por entonces se estableció un nuevo sistema de gobierno colegiado, la Polisinodia, unos consejos donde dominaba la nobleza que Saint-Simón promovió para sustituir a los antiguos secretarios de estado, que habían concentrado demasiado el poder en manos del rey Sol, dejando a la nobleza inoperante y ociosa.

Fue este el episodio culminante en su carrera política, que además vio recompensado con el título de grande de España; pero fue el último, ya que, a su retorno a Francia en 1722, no consiguió ascender a primer ministro y, al año siguiente, fallecido su protector y amigo, perdió todo acceso al poder y, sin nada que hacer ni expectativa alguna, se retiró de la corte a su Castillo de La Ferté-Vidame, donde recibió con frecuencia visitas de su amigo Montesquieu, quien agradecía su amena conversación y amable trato.

Castillo de La Ferté-Vidame por Louis-Nicolas van Blarenberghe , ca. 1750, residencia habitual de Saint-Simon en sus últimos años
( Museum of Fine Arts , Boston)