Con tal fin ocupa los obispados de Colonia y Lieja y devasta el Palatinado para que no sirva de base al Sacro Imperio Romano, lo que levanta una gran indignación en Alsacia.A la rápida victoria francesa esperada por Luis XIV le sucede una guerra larga y difícil.[1] Al año siguiente lo vuelve a intentar y los dos ejércitos se encuentran en Neerwinden.[2] Ocupaba el pueblo de Neerwinden el centro del ejército aliado y a sus lados las trincheras evitaban que las fuerzas fueran rodeadas.A su izquierda estaba el arroyo de Landen y su flanco derecho se apoyaba en el río Gecte y estaba cubierto hasta Neerwinde por un seto por el que solo podían pasar soldados en fila de a uno, facilitando mucho su defensa.[3] El combate comenzó hacia las diez de la mañana con el ataque sobre Neerwinden, y el pueblo fue tomado con relativa facilidad, pero un contraataque efectuado por el ala izquierda aliada volvió a expulsar las tropas francesas.[3] La infantería aliada, viéndose incapaz, formó un cuadrado defensivo con sus nueve batallones y se preparó para resistir a la caballería francesa.[4] Las tropas francesas penetraron más allá de los atrincheramientos del ala izquierda y derecha aliada y, dueños como eran de la zona central, las tropas aliadas no tuvieron otra opción que huir.Los franceses perdieron 9000 hombres, mientras que los Aliados tuvieron 19 000 bajas, más del doble.