Fue el único juez alemán que intentó detener el programa secreto de exterminio de personas discapacitadas conocido como Aktion T4, una intervención que le costó su trabajo.
[2] Kreyssig comenzó a sospechar cuando muchas de las personas discapacitadas que estaban bajo su tutela judicial eran trasladadas de centro y poco después se notificaba que habían muerto.
[1] Kreyssig fue convocado a una reunión con el funcionario jefe del ministerio de Justicia, Roland Freisler, quien le comunicó que los asesinatos se estaban ejecutando por orden de Hitler.
[1][2] En la entrevista que mantuvieron Gürtner le había dicho: «Si no es usted capaz de aceptar la voluntad del Führer como una fuente de derecho, como una base del derecho, no puede seguir siendo juez».
[3] Según el historiador británico Richard J. Evans, «Kreyssig era una figura solitaria en la persistencia de su empeño por detener la campaña.