Tras pasar por varios problemas para obtener un huevo de una granja cercana, los dos pitufos lo traen a la aldea, pero el Gran Pitufo les señala que han traído un huevo falso, de yeso.
Llega a resistir un hachazo, y el frustrado pitufo con el hacha dice "¡Que me convierta en salchicha si no consigo partir el dichoso huevo!"
Cuando golpea el huevo otra vez con el hacha, se convierte en una salchicha con patas y los demás se dan cuenta de que es un huevo mágico que concede deseos al golpearlo.
Todos los pitufos usan el huevo para pedir deseos como ser rojo o amarillo, convertirse en gigante, tener un elefante, dinero, pasteles, etc. Cuando dos pitufos discuten por quien llegó primero para pedir su deseo, cada uno usa el huevo para desearle deformidades al otro: uno queda con una gran narizota, una larga cola y pelos por todo el cuerpo; el otro queda con grandes orejas, dientes enormes y un bigote que arrastra por el suelo.
Para restaurar el orden en la aldea, el Gran Pitufo llega al huevo y desea que todo vuelva a la normalidad.