Sin embargo, la poción no funciona por completo porque le falta el rabito, así que se hace uno de madera y lo pega a sus pantalones.
Gargamel, disfrazado, se dirige a los campos de zarzaparrilla para encontrar algún pitufo.
Gargamel lo sabotea durante la noche, pero al día siguiente, cuando es inaugurado, los pitufos cruzan el puente sin problemas.
Es atado y llevado a las afueras de la aldea, donde el Gran Pitufo se le acerca con un cuchillo.
Gargamel se va corriendo, pero una vez lejos de la aldea, vuelve a jurar venganza.