Los pazos de Ulloa

Se trata, dentro del realismo literario español, de la novela que mejor ejemplifica la corriente naturalista, al reflejar la aceptación de las teorías positivistas aplicadas a la literatura por el escritor francés y padre del naturalismo Émile Zola.

En 1985 fue se estrenó una teleserie homónima, basada en esta novela y en su continuación, dirigida por Gonzalo Suárez.

El mayordomo de la finca, Primitivo, un aldeano astuto y violento, controla todos los negocios del marqués y tiene atemorizados a los demás empleados e incluso al propio marqués.

Manuel recibe con agrado la visita del sobrino intuyendo sus intenciones de elegir esposa entre sus hijas.

Aunque inicialmente Pedro se siente atraído por Rita, decide pedir la mano de Nucha después de que Julián le confiese que si él mismo tuviese que elegir entre las señoritas de la Lage, se decantaría por ella debido a su buen carácter y piadosas maneras.

También le menciona que la madrina de Nucha es una rica anciana sin herederos.

Julián se encuentra el comportamiento de Sabel y Primitivo completamente cambiado.

Primitivo le cuenta al sacerdote que Sabel va a casarse con el gaitero de Naya y dejar su empleo.

Pedro se ilusiona ante la perspectiva de tener un hijo varón con Nucha.

Pedro, piensa que el cura tiene una relación ilegítima con su mujer y se dirige furioso a la iglesia.

[1]​ En Los pazos de Ulloa, Pardo Bazán plasma la vida gallega del medio rural.

Pero, también, su fuerte hibridismo castellano-gallego muestra el interés de la autora por llegar a sus lectores.

Por ejemplo, después del casamiento de Pedro con Nucha, ella todavía sigue teniendo relaciones con él como medio para mantener su posición.

Este control muestra el papel más dominante que tiene Sabel en comparación con las otras mujeres en la novela.

Julián dice que ella es "el tipo ideal de la bíblica esposa".

Son conocidas las ideas de Emilia Pardo Bazán con respecto a la clase social a la que pertenece y al desprecio que manifiesta hacia las clases inferiores.

VIII), no censurando tanto el hecho pecaminoso, como la clase de la persona con quien se lleva a cabo; por eso le aconseja ir a Santiago donde hay «tantas señoritas buenas y honradas» y podrá casarse «con persona de su esfera».

Al determinismo naturalista opone Pardo Bazán el realismo, concebido como eclecticismo, tan caro a ella:

Los dos tomos, unidos en uno, forman el volumen III de las obras completas ( PDF ).