Los ojos de los enterrados
También están los indígenas a los que ayudó el accionista de la frutera en Viento Fuerte, los Cojubul quienes han americanizado su apellido, y ahora pretenden llamarse Keijubul.A continuación, Asturias describe a su personaje favorito: el pueblo guatemalteco: los humildes cuyas características físicas podrían resumirse en este retrato hecho a grandes rasgos: un campesino enjuto, barbilmapiño, de ojos achinados[5] Este pueblo está representado en los trabajadores del salón donde disfrutan los estadounidenses; en los trabajadores de la calera, o los ceniceros que recogen la ceniza de las casas, quienes al final del día se recogen en sus casuchas construidas con pedazos de tablas, latas y cartones.[6] Con el pueblo Asturias retrata la cultura popular del alma guatemalteca.Primero participa en una conspiración en contra del general Ubico, la cual fracasa cuando los conjurados se dieron cuenta de que en caso de una revuelta popular, sus propios intereses se verían afectado.Luego, observa las revueltas de los estudiantes universitarios contra el gobierno en la capital.