«Todos los lugares seleccionados eran baluartes de la diosa Hera y entradas al otro mundo» (Burkert, p. 169).Cuando Zeus advirtió lo que había sucedido, montó en cólera; pero, no obstante, mantuvo en pie su imprudente proclama, y así Euristeo fue investido rey de Micenas.Allí reinaba Éurito, quien le había enseñado a usar el arco y las flechas en su juventud.Heracles llegó dispuesto a aceptar el desafío imponiéndose fácilmente sobre Éurito y sus hijos.Heracles sufrió un ataque de ira, blandió su espada e impuso una gran batalla contra el rey.Al ver a su esposa en peligro, Heracles disparó una flecha contra Neso que impactó en el corazón.Mientras el centauro agonizaba le dijo a Deyanira que tomara un poco de su sangre: Cuando sientas que empiezas a perder el cariño de Heracles, úsala sin dudarlo y recuperarás su amor al instante.La historia ha sido objeto de adaptaciones y paráfrasis literarias, fílmicas, pictóricas e historietísticas:
Relieve
de un
sarcófago
con varios trabajos: el león de Nemea, la hidra de Lerna, el jabalí del Erimanto, la cierva de Cerinia, las aves del Estínfalo, El gran Cinturón de Hipólita, los Establos de Augías, el toro de Creta y las yeguas de Diomedes.
El Papiro de Heracles, poema del siglo 3 que narra las aventuras de Heracles
Portada de la adaptación al cómic de la película de 1958