[1] [2] Hubo una vez, en Teruel durante el siglo XIII, un rico mercader que tenía una hija muy bella.
Por desgracia, pese a que Diego Marcilla era un joven de buenas prendas, no poseía riquezas ni hacienda alguna.
[3] Luchando en la Reconquista, ganó pasados cinco años cien mil sueldos.
Pasados los cinco años el padre le dijo: «Hija, mi deseo es que te cases».
Él, todo alterado, se levantó y no sabía qué hacer.
A la joven le vino al pensamiento de cuánto la quería Juan y de cuánto había hecho por ella, y que por no quererlo besar había muerto.
Le descubrió la cara apartando la mortaja, y lo besó tan fuerte que allí murió.
[6] Multitud de autores han reescrito esta historia, entre ellos los siguientes:[7][8] Giovanni Boccaccio cuenta esta historia en el Decamerón (Cuarto día - Novella n.8) dando a los personajes los nombres de Girolamo y la Salvestra.
Diversos escultores han creado obra artística sobre el tema de los Amantes:[9] Algunos pintores han creado obra artística sobre el tema de los Amantes:[9]