Los amantes de Teruel

[1]​ [2]​ Hubo una vez, en Teruel durante el siglo XIII, un rico mercader que tenía una hija muy bella.Por desgracia, pese a que Diego Marcilla era un joven de buenas prendas, no poseía riquezas ni hacienda alguna.[3]​ Luchando en la Reconquista, ganó pasados cinco años cien mil sueldos.Pasados los cinco años el padre le dijo: «Hija, mi deseo es que te cases».Él, todo alterado, se levantó y no sabía qué hacer.A la joven le vino al pensamiento de cuánto la quería Juan y de cuánto había hecho por ella, y que por no quererlo besar había muerto.Le descubrió la cara apartando la mortaja, y lo besó tan fuerte que allí murió.[6]​ Multitud de autores han reescrito esta historia, entre ellos los siguientes:[7]​[8]​ Giovanni Boccaccio cuenta esta historia en el Decamerón (Cuarto día - Novella n.8) dando a los personajes los nombres de Girolamo y la Salvestra.Diversos escultores han creado obra artística sobre el tema de los Amantes:[9]​ Algunos pintores han creado obra artística sobre el tema de los Amantes:[9]​
Mausoleo de los amantes en la iglesia de San Pedro de Teruel, obra de Juan de Ávalos y Taborda .
Los amantes de Teruel , por Juan García Martínez . 1857. Museo del Prado . O/L 200 x 249 cm
Detalle de las manos de los amantes de Teruel en el monumento funerario de Juan de Ávalos y Taborda . No llegan a tocarse.
Los amantes de Teruel en una litografía del siglo XIX .
Detalle del altorrelieve de los Amantes en la «Escalinata de la Estación» de Teruel, obra del escultor segoviano Aniceto Marinas (1921)
Los amantes de Teruel , por Antonio Muñoz Degrain . 1884. Museo del Prado . O/L 330 x 516 cm