También compuso cinco comedias: Sigonia (1563), Thalassina (1564), Octavia (1564), Lobenia (1566) y Trebiana (1567), de las que solo nos quedan fragmentos.
En sus obras dramáticas se aprecia una evolución hacia escenas cada vez más populares, acercándose al dibujo de costumbres contemporáneas, e incorporando el canto y la danza.
Sus comedias incorpora una gran variedad de caracteres, y están escritas utilizando varias lenguas mezcladas: latín, griego, castellano, valenciano, italiano e incluso portugués.
En esta línea publicó una colección de sentencias titulada Adagiae Hispanicae in Romanum sermonem conversa (1584), que posteriormente sería aumentada por su hijo, Agesilao Palmireno, en sus Adagia Hispanica (1591), También cabe destacar entre su producción Vocabulario de medidas y monedas (1563) y un Vocabulario del humanista (1569).
Pero quizá la obra que alberga mayor interés literario en la actualidad sea El estudioso en la aldea, un relato autobiográfico que contiene interesantes disquisiciones acerca de la preceptiva literaria e influyó en el Fray Gerundio de Campazas del padre Isla.