Literatura en armenio

Hasta la llegada de Mesrop Mashtots, antiguo militar instruido en verso y lenguas, los escritos se hacían en griego o siríaco, pero a partir de ese momento, para hacer avanzar la fe, como afirmación étnica y para oponerse a Persia, se creó un nuevo alfabeto que recogía todos los sonidos armenios, ayudado por el katholicós Sahak y por el rey Vramshapuh de Armenia.

Zenob de Glak compuso algunas crónicas en griego y en siríaco, más tarde traducidas al armenio.

Durante los siglos siguientes, por razones pastorales, la literatura armenia fue fundamentalmente religiosa, pero mezclada con un estilo épico y popular de fuerte influencia griega.

Del siglo V al VII la Escuela Helenística tradujo muchos libros griegos, traducciones atribuidas a David el Invencible.

Hacia el siglo XIII Frik (1230-1310) denunció las injusticias del trato de los invasores, cosa que harían más tarde también Ovanes Tlkurantzi, Arakel Bakhishetzi, Grigor Akhtamartzi, Nakhash Ovnatan, Nahabed Koutchak (siglo XVI) y Hovhannes Telkurantsi (1489-1525).

Se fundaron imprentas armenies en Venecia (1512), Estambul (1567), Milán (1627), París (1633), Ámsterdam (1658), Marsella (1672), Leipzig (1680), Londres (1736) y San Petersburgo (1781).

Durante el siglo XVIII el país quedó mutilado y desorientado, cosa que provocaría la dispersión de los intelectuales armenios por el mundo.

El monje Mekhitar (1675-1749), convertido al catolicismo, fundaría una orden de frailes que en 1717 se instalaron en la isla de San Lázaro (Venecia), donde montaron una imprenta y se convirtieron en la llama que mantuvo la cultura armenia; Mekhitar mismo compuso un diccionario y gramática del armenio en 1727.

Un trovador de gran importancia en el siglo XVIII fue Sayat-Nova (1722-1795), quien escribió en armenio, georgiano y tártaro.

Entre los autores más destacados está Khachatur Abovian (1805-1848), que invita al pueblo a conquistar la libertad, compuso el primer escrito en ashkharhabar (armenio coloquial), Verk' Hayastani (Las heridas de Armènia, 1858).

Gabriel Sundukian (1825-1912) fue el primer dramaturgo de talento, con obras como Pepo (1871), Khatabala (Confusión, 1866), Eli mek zoh (Otra víctima, 1870) y Kantvadz odjakh (El hogar destruido, 1872), y que consideraba la escena como trampolín para educar al pueblo, criticando a la sociedad basada en la ilegalidad.

), Levon Shant (1869-1951), Rupen Zartarian (1874-1915), Dirán Cherakian (Indra, 1875-1921), Misak Metzarentz (1886-1908) y Mateos Zarifian (1894-1924).

En Turquía, antes del genocidio se destacaron Daniel Varuzhán (1884-1915), Siamanto (1878-1915), Misak Medzarents (1886-1908), Vahan Tekeyán (1878-1945) y Hakop Oshagan (1883-1948).

Posteriormente destacaron otros autores como la poetisa Silva Kaputikián (1919-2006), con Im harazatnere (Mis parientes, 1952); el poeta y novelista Gurguen Mahari (1903-1969) de Van, de los grupos literarios Hoktember y Noyember, que finalmente se exilió; Khachik Dashtents (1909); Nairi Zarián (1900-1969); Paruir Sevak (Paruir Ghazarián, 1924-1971) con los poemas Yeghitsi Luys (Que se haga la luz, 1969); Vahagn Davtián (1922) exiliado; y Aghavni (1911) con la novela Shirak (1954-1963).

Otros fueron Shushanik Kurghinian (1876-1927), Guevork Emín (1918) con Ays tarik'um (En esta era, 1968), Ksanerord dar (Siglo XX, 1970) y Yot'n yerg Hayastani masin (Siete canciones de Armenia, 1965); Vagharshak Norents (1903), Hovhannes Shiraz (Karapetián) (1914-1985); Maro Margarián (1916), Sero Khanzadián (1915), Razmig Davoyán (1940) con Im ashkharh (Mi mundo, 1963), Stverneri mijov (A través de las sombras, 1967) y Rek'viem (1969); Hrant Matevosián (1935) y Berdj Zeytunjián (1938).

Primera página del Evangelio de San Marcos , por Sargis Pitsak, miniaturista armenio medieval.
Arevelk, diario en armenio.