También funciona litúrgicamente, ya que se lee durante la fiesta judía de Shavuot («Semanas»).Al morir Elimélec, sus dos hijos se casaron con Orpá y Rut de Moab, respectivamente.De este matrimonio nació un hijo, Obed, que más tarde sería abuelo del rey David.No todos los hebreos se dieron a la idolatría, la concupiscencia y el derramamiento de sangre en aquel entonces.Ross comenta: “esta hermosa órbita nos pinta un cuadro de las santas bendiciones que descienden sobre la vida social y doméstica de cualquier época, cuando prevalecen una fe sencilla en Dios y un amor sincero al prójimo.Dios en sus inescrutables designios, permite grandes males para traer bien a los suyos, y se interesa en las cosas más ordinarias de la vida diaria.Dos veces, en sus lamentaciones, Noemí usa el término «Todopoderoso» para referirse a Dios, haciendo énfasis en que su irresistible poder se había vuelto contra ella.Por el contrario, se comprenden mejor sus palabras como una expresión de humana perplejidad recogida por la historia.La hambruna (1.1) era un subproducto natural del pecado, un castigo que el pueblo se impuso a sí mismo por su desobediencia.Existe otra razón para afirmar que estos infortunados acontecimientos, aunque no escapaban a la omnisciencia divina, no constituyeron un castigo de Dios, sino que son el resultado natural de circunstancias ajenas a la promesa divina.A esta corriente pertenece el libro de Rut, al igual que Job y Jonás.Los fines que pretende lograr el autor son éticos y literarios además de históricos.Los nombres de los personajes encierran significados profundos: Noemí ("mi graciosa"), Mahlón ("languidez"), Quelión ("consunción"), Orfa ("la que vuelve la espalda") y finalmente Rut ("la compañera").Todo esto apoya y ayuda a la narración, aunque es posible que algunos sentidos ocultos escapen hoy en día al lector moderno.
«Las espigadoras», un grabado que ilustra el Libro de Rut de
Gustave Doré
(1832-1883)