El racionamiento en Cuba es el sistema implementado por el gobierno central cubano desde la Revolución como política de Estado permanente, en el cual se distribuyen los alimentos y otros productos que son parte de la Canasta Básica de Alimentos en el país insular del Caribe, y que, por diversas razones, se encuentran en déficit de producción o con existencias limitadas.
Es el mecanismo por el cual el gobierno cubano reparte de manera igualitaria un producto que se encuentra en escasez, por lo que la lista puede sufrir modificaciones mensuales, semestrales o anuales.
[4] El sistema establece las raciones subsidiadas que cada persona puede adquirir estos bienes y la frecuencia de los suministros, por el solo hecho de ser ciudadanos cubanos o residir permanentemente en la isla.
Surgida inicialmente como una política alimentaria, con el paso del tiempo otros productos industriales también se incluyeron en la libreta, como cigarrillos, puros, fósforos y todos los combustibles destinados a cocinar (gas licuado, alcohol, queroseno o incluso carbón vegetal, dependiendo de los medios para cocinar de cada persona).
[3][5] Asimismo, una vez instaurada la Revolución bolivariana en Venezuela por Hugo Chávez, principal aliado ideológico dentro de América Latina, también contaron con el apoyo de productos enviados desde dicho país; sin embargo, debido a la escasez y desabastecimiento en ese país, fueron paulatinamente reduciendo esos envíos para poder solventar el mercado interno venezolano.