Libertad de religión en Corea del Norte

Corea del Norte considera la actividad religiosa organizada, excepto la oficialmente aprobada de grupos afines al gobierno, como un potencial desafío para el liderazgo.

[3]​[4]​ Se cree que un estimado de 150 000 a 200 000 personas se encuentran en campos de prisioneros políticos (kwan-li-so) en áreas remotas,[5]​ muchas por razones religiosas y políticas.

Sin embargo, las ONGs afirmaron que la sentencia contra Son estaba basada en sus contactos con los grupos cristianos en China, sus actividades proselitistas, y presunto intercambio de información con su hermano en Corea del Sur.

Debido a que el país prohíbe a los observadores extranjeros la investigación de tales informes, no fue posible verificar las afirmaciones del gobierno sobre las actividades de Son Jong-nam o determinar si había sido ejecutado.

[8]​ El JoongAng Ilbo informó que las ejecuciones se llevaron a cabo en siete ciudades el 3 de noviembre del 2013.