En términos generales, se establece que los isótopos de vida corta emiten partículas alfa más energéticas que los de vida larga.
Formulada en 1911 por Hans Geiger y John Mitchell Nuttall,[1] en su forma moderna la ley de Geiger-Nuttall adopta la forma: donde λ (lambda) es la constante de decaimiento (λ = ln(2)/semivida), Z el número atómico del núcleo hijo, E la energía cinética total (de la partícula alfa y del núcleo resultante), y a1 y a2 son constantes.
La tendencia también es observable para los núcleos par-impar, impar-par, e impar-impar, pero no es tan pronunciada.
La partícula está en un estado condicionado debido a la presencia del potencial de la interacción fuerte.
[2] Este cálculo fue realizado por primera vez por el físico George Gamow en 1928.