Esta ley da origen al Programa Nacional de Educación Sexual Integral.
A su vez, se proponía eliminar el artículo 5, el cual permite que cada institución puede dar educación sexual según su ideario.
[20] Este grupo propone información contraria a los lineamientos que contiene la ley.
[22] Desde su creación, la Ley 26.150 ha sido analizada y relevada de forma nacional para ver su trabajo en las instituciones educativas.
Los enfoques que más se aproximan a la propuesta de la ESI son: La propuesta de la ESI entiende la sexualidad de manera amplia, no restringida únicamente a cuestiones relacionadas con la genitalidad sino que abarca también los pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones.
Abordar este eje conlleva reconocer y valorar positivamente las diferencias entre las personas, ya sean de origen étnico, religiosas, políticas, edad, etc.
En la escuela es importante reconocer que el cuerpo sexuado y la salud no abarcan sólo la dimensión biológica.
[44][45] Se crearon distintos tipos de materiales y recursos pedagógicos para trabajar la ESI en aula.
[46] Otras fuentes para obtener más recursos para trabajar la Ley son: la página del Gobierno[47] y la plataforma Conectar Igualdad.
[48] Ambos sitios ofrecen material digitalizado y de libre acceso para todos los niveles educativos.
En el caso argentino, el enfoque de integralidad refiere al abordaje de cinco perspectivas conceptuales (cuidado del cuerpo y la salud, ejercer los derechos, género, respeto por la diversidad y valorar la afectividad).
Es así, que las instituciones deben reflexionar sus metas y objetivos, realizar proyectos, ABP, analizar el contexto y las necesidades de sus alumnos para poder tomar acción sobre la implementación de la ESI para que sea exitosa.