Leonor de Vivero

[3]​ Estuvo casada con Pedro Cazalla, contador del rey[4]​ con antepasados también de origen judío y cuya hermana o tía, María de Cazalla y cuyo hermano, el obispo Juan de Cazalla, fueron investigados por la Inquisición por iluminados.

Solo Leonor consiguió no ser encarcelada gracias su avanzada edad y su estado de salud que no parecían adecuados para cometer los delitos de los que se les acusó.

Pasó el proceso encerrada en su casa hasta que falleció.

En este auto de fe, se quemó a catorce personas y se reconcilió a dieciséis entre las que se encontraban Juan y Constanza, hijos de Leonor y su nuera Juana Silva de Ribera.

En el solar se levantó una pilastra con la siguiente inscripción:Presidiendo la Iglesia Romana Paulo IV y reinando en España Felipe II.

El Santo Oficio de la Inquisición condenó a derrocar e asolar estas casas de Pedro Cazalla y Doña Leonor de Vivero, su muger, porque los hereges luteranos se juntaban a hacer conciliábulos contra nuestra Santa Fé Católica e Iglesia Romana.