Leonor de Aragón y Foix

Su esposo tenía varias amantes, algo que ella no soportaba y la convirtió en una persona dura e inflexible.

Leonor se quedó en Chipre para proteger los derechos dinásticos de su hijo, en cuyo nombre actuó como regente junto a sus cuñados.

Leonor no se avino con su nuera, propensa a participar en intrigas y escándalos.

Aunque en principio la reina fue bien recibida en Valls, sus favoritos provocaron una revuelta al negarse a pagar el impuesto sobre la importación de vino.

Esta revuelta provocó varios muertos en ambos bandos, y finalmente los cortesanos se vieron obligados a ceder.

Tras la muerte del rey Pedro IV, le sucedió su hijo Juan I, que cedió su parte del señorío de Valls al obispo de Tarragona.

[3]​ Afectada por esta revuelta, la reina abandonó definitivamente Valls y se refugió en Gratallops.

El cuerpo fue trasladado al convento de las franciscanas, en el barrio del Poble Sec, y allí se conservó hasta la Semana Trágica, en 1909.

Fotografía actual del Castillo de Falset
Esta ventana es el único resto conservado del Palacio de los Lusignan en Nicosia
Su tumba en Barcelona.
Imagen del claustro de los Franciscanos y sus tumbas reales en ruinas (1879).