En la heráldica occidental, los colores universalmente aceptados son siete: oro, plata, gules, azur, sable, sinople y púrpura.
En el caso del leonado, en la heráldica europea continental se lo representa de manera diferente que en las regiones angloparlantes: en las primeras responde a la definición proporcionada anteriormente, mientras que en las últimas es de un color naranja pardusco o incluso francamente naranja.
Se recomienda, sin embargo, que el color empleado sea intenso y fiel a su naturaleza,[6] a riesgo de que pueda confundirse con otro color heráldico, como el anaranjado, o con alguna representación oscura y opaca del oro.
Cuando no se dispone de colores, el leonado heráldico puede representarse mediante un patrón de rayas muy finas y contiguas, del que a la izquierda se da un ejemplo, aunque el patrón indicado no es el único que existe para este esmalte.
Este es el método de representación que se ve comúnmente en grabados a una tinta.