Leo Lionni

En su infancia recibió la influencia de su tío Piet, pintor bohemio, que lo puso en contacto con el mundo del arte.En 1939 emigró a los Estados Unidos, donde trabajó como director de arte en varias publicaciones periódicas.En la primera técnica sobresale Pequeño Azul y Pequeño Amarillo,[1]​ una historia sin palabras que narra con gran fuerza un conflicto de racismo; en concreto, se trabaja con trozos irregulares de papel monocromo.Otras obras destacables son Frederick, Nadarín y El sueño de Matías, sobre un ratón que ansiaba ser pintor.De su obra para niños se ha escrito: «En todos sus libros, Lionni compone pequeñas e importantes fábulas que aleccionan sobre la vida, pero no para moralizar, sino para permitir al niño reencontrarse con su propio mundo y ofrecerle una alternativa segura».