En las plantas que forman peridermis durante su crecimiento secundario, la epidermis (con sus estomas) y otras capas superficiales son sustituidas por la peridermis, que tiene una capa de células de súber impermeables, que no permitiría el intercambio de gases si no se formaran en algunas zonas lenticelas.
[2] Las que se empiezan a formar en capas subepidérmicas lo hacen generalmente debajo de un estoma.
Las células parenquimáticas que están alrededor de la cámara subestomática empiezan a dividirse y pierden la clorofila originando un felógeno de la lenticela, que se divide más, originando un tejido de relleno, que aumenta hasta romper a peridermis y sobresalir al exterior.
[2] Las lenticelas están también presentes en muchos frutos, por ejemplo, en manzanas y peras.
En algunos tipos de peras puede servir para saber cuándo es conveniente recoger la fruta, ya que las lenticelas claras de los frutos inmaduros oscurecen cuándo estos maduran.