La leche de camella es un producto lácteo obtenida del camello (Camelus bactrianus), o también del dromedario (Camelus dromedarius), y consumida en ciertos países africanos y árabes.
Durante milenios ha sido un alimento esencial para las culturas nómadas como los beduinos, que domesticaron a los camellos para el transporte.
Las primeras lecherías de camellas de Australia abrieron en 2014, y el número ha estado creciendo desde entonces, con una demanda que crece tanto a nivel local como internacional.
[4] Un litro de leche de camella pasteurizada se vende por aproximadamente 15 dólares australianos (equivalentes a 230 pesos mexicanos, 10 dólares estadounidenses, 38 200 pesos colombianos, 32 soles peruanos, 623 pesos argentinos o 9 euros) en Australia, que es aproximadamente doce veces más caro que la leche de vaca.
A diferencia de una vaca lechera que se separa de su ternero cuando nace y luego le da leche durante seis a nueve meses, una camella puede compartir su leche con el granjero y su ternero durante 12-18 meses.
[6] Las camellas paquistaníes y afganas producen los mayores rendimientos de leche, hasta 30 litros por día.
[1] La cría intensiva de vacas ha creado animales que pueden producir 40 l por día en condiciones ideales.
[13] Desarrollando usos menos derrochadores de la leche, la FAO encargó al Profesor J.P.