León VIII
Elegido papa a raíz del sínodo convocado por el emperador Otón I y en el que se depuso a Juan XII, era un seglar que recibió las órdenes sagradas (ostiario, lector, acólito, subdiácono, diácono, presbítero y obispo), el mismo día de su elección.[1][2] Su pontificado se puede dividir en dos etapas: la primera, en la que ciertos historiadores lo califican como antipapa, abarca desde su coronación, el 6 de diciembre de 963, hasta la deposición de Benedicto V en junio de 964; la segunda etapa se extiende desde esa fecha hasta su muerte y en ella ya sí puede ser considerado el verdadero papa.Con la vuelta a Roma de Juan XII, el que se vio obligado a huir fue León VIII, por lo que no estuvo presente en el concilio que lo depuso como pontífice y anuló todas las ordenaciones realizadas por él.A los pocos días de clausurarse dicho concilio, Juan XII fallecía; pero esto no supuso la vuelta de León VIII al trono papal, ya que el pueblo romano eligió como sucesor a Benedicto V.Al pontificado de León VIII se atribuyen tres documentos conocidos como Privilegium majus, Privilegium minus y Cessatio donationum, por los que el Papa renunciaba a todas las donaciones que desde Pipino el Breve se habían hecho a la Iglesia.