En 1939 se retira para dedicarse al ejercicio de su profesión e inicia actividades periodísticas como columnista del diario El Heraldo.
Ese mismo año se vuelve Presidente del Banco Industrial de Venezuela.
En 1952 la junta militar desconoce los resultados electorales y nombran al general Marcos Pérez Jiménez como presidente del país.
Para el una democracia no era factible en Venezuela mientras el pueblo fuera inculto y proclive a caer en discursos populistas de charlatanes demagogos.
[4] Como ministro desarrolló una política basada en la doctrina de «El Nuevo Ideal Nacional», con grandes rasgos autoritarios.
Desde la gobernación del Distrito Federal de Venezuela censuro la prensa escrita y hablada.