Pero el movimiento popular iba en ascenso; densos sectores sociales se incorporaban activamente a la lucha: intelectuales, médicos, abogados, profesores, ingenieros, suscriben manifiestos de denuncia contra el régimen.
El 22 se reúnen altos jefes militares en la Academia Militar para considerar la situación.
Sus deliberaciones concluyen formando una Junta Militar de Gobierno que pide la renuncia a Pérez Jiménez.
En 1966 el gobierno de Venezuela lo propone como Embajador en Honduras, pero esta nación lo declara persona no grata, debido a la oposición sostenida en el pasado frente a la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua.
Luego regresó a Venezuela, fue investigado y solicitó la baja, la cual le fue concedida en 1967.
Sus profundas convicciones religiosas lo llevan a realizar estudios que le permitieron actuar como Ministro Extraordinario de la Comunión y participar activamente en su parroquia de Vista Alegre, Caracas, llevando la comunión y consuelo a ancianos y enfermos.
Fue ascendido post mortem al grado de General del Ejército en 2008 por el presidente Hugo Chávez.