Laudo Hayes

El laudo adjudicó al Paraguay la totalidad del área arbitrada y tuvo carácter inapelable, siendo aceptado por ambos países, entregando Argentina en su cumplimiento la Villa Occidental al Paraguay el 14 de mayo de 1879.

Poco después González de Santa Cruz fue enviado hacia la misión del Paraná.

En 1611 los misioneros fueron enviados a las regiones de Guarambaré y Pitum, quedando sin sacerdotes la reducción.

[2]​ Alfonso Rodríguez Olmedo y José Oreghi se unieron luego a Romero.

En un nuevo impulso misional, en 1750 se fundó San Fernando del Río Negro con abipones en el sitio de la actual Resistencia.

En 1760 el jesuita Manuel Durán fundó la reducción de San Juan Nepomuceno al oeste del río Paraguay con indígenas guaná que se hallaban sometidos a los mbayá.

Sin embargo España también había otorgado en tiempos coloniales jurisdicción al cabildo de Asunción del Paraguay en la región hasta los ríos Parapití y Yaurú, por lo que se traslapaban los reclamos bolivianos y paraguayos en la región.

[7]​ Las controversias sobre la soberanía del Chaco comenzaron por la ambigüedad con la que la monarquía española trazó los límites administrativos en esa región casi desértica y muy hostil.

Como respuesta a la confiscación de buques y mercancías destinadas al Paraguay que realizó el gobernador de Corrientes, coronel Joaquín Madariaga, en agosto de 1844 el presidente paraguayo Carlos Antonio López envió soldados a la isla del Cerrito para expulsar a los obrajeros correntinos instalados en ella.

En 1846 destinó un piquete permanente de diez soldados en la isla, y en 1847 hizo desalojar otros obrajes en territorio chaqueño frente a Corrientes, pero una creciente del río Paraná en 1848 obligó la evacuación paraguaya de la isla del Cerrito.

Comenzaron luego las negociaciones entre ambos países por sus límites, lo que derivó en ese mismo año en un tratado por el cual se reconocía al Paraguay la soberanía de las tierras situadas al norte del río Bermejo.

Debido a que el congreso argentino no ratificó ese tratado las negociaciones se retomaron en 1856, sin lograrse avances en cuanto a límites pero si firmando un tratado el 9 de julio de 1856 que dejó su definición para más adelante.

El presidente paraguayo Francisco Solano López ordenó construir el Reducto Cierva en la margen derecha del río Paraguay en territorio actualmente perteneciente a la provincia del Chaco en Argentina, pocos km al este de la localidad de Las Palmas.

Junto con la Fortaleza de Humaitá, al otro lado del río, cerraba el acceso por vía fluvial a Asunción.

El ministro de relaciones exteriores de Sarmiento, Mariano Adrián Varela, llevó adelante lo que se conoció como doctrina Varela, por la cual buscó atraer al Paraguay limitando las pretensiones territoriales de Argentina (lo que pretendía también que hiciera Brasil), alejándolo a la vez del dominio brasileño, mientras recuperaba la imagen exterior del país ante los demás países americanos, inclinados a simpatizar con los paraguayos durante la guerra.

Varela condensó esa doctrina en dos discursos: Si con Paraguay aniquilado somos hoy exigentes, no esperemos simpatías cuando ese pueblo renazca.

Varela basaba su pensamiento en que Argentina intervino en la guerra por haber sido agredida por el presidente paraguayo, no para imponer límites por la fuerza, Brasil sin embargo, temió que fuese una estrategia argentina para reasumir la idea sostenida por Juan Manuel de Rosas de restablecer el virreinato del Río de la Plata.

Sarmiento consultó a su predecesor Bartolomé Mitre, quien le respondió: el gobierno argentino no podía sostener que la victoria no daba derechos, cuando precisamente había comprometido al país en una guerra para afirmarlo por las armas.

Ese territorio estaba bajo control de pueblos como los tobas, pilagáes, chulupíes y tapietés, casi todos acérrimos enemigos del Paraguay.

[17]​ Por el mismo decreto se designó como capital de esa gobernación a Villa Occidental, centro del conflicto.

[19]​ Sarmiento designó a Bartolomé Mitre para encabezar la misión al Brasil que debía solucionar la situación.

En el artículo N° 3 se estableció: Pertenece al dominio de la República Argentina la Isla del Atajo ó Cerrito.

Si este no aceptaba ser árbitro se debía elegir otro de común acuerdo en los 60 días siguientes al recibo de la excusación, o en forma unilateral si una parte no cumplía el plazo.

A partir de la fecha en que el árbitro aceptase el nombramiento cada parte tenía doce meses para presentarle las memorias con la exposición de los derechos con que cada uno se consideraba al territorio disputado, junto con los documentos, títulos, mapas, citas y referencias.

Argentina podía seguir explotando bajo su jurisdicción las concesiones madereras en el área hasta la concreción del fallo (art.

Exponía también que cuando en 1793 Azara fue comisionado por el cabildo de Asunción para trazar un mapa del Paraguay, expresó que en el Chaco ningún límite le había sido asignado a la provincia y obispado del Paraguay.

Los documentos anexos fueron presentados en un impreso que no fue conocido por el plenipotenciario argentino hasta la notificación del laudo.

[27]​ Cita también a Félix de Azara, para rebatir la Memoria argentina que lo toma como favorable a su opinión, en su obra Descripción e Historia del Paraguay y Río de la Plata, que expresa sobre los límites entre ambas gobernaciones: quedando aun sin asignarse en la parte del Chaco;[28]​ y en el libro Voyages dans l'Amerique Medidionale: los diferentes Gobiernos Españoles no tienen límites marcados en el Chaco.

Los documentos del anexo D fueron entregados originales al árbitro, lo mismo que publicaciones como El Paraguayo Independiente.

Hizo a continuación Aceval una recopilación de proposiciones que da por demostradas en la Memoria.

En rojo el territorio en disputa entre Argentina y Paraguay, luego adjudicado a Paraguay.
Puente de la actual Ruta Transchaco sobre el río Verde, sitio hasta donde llegaba el territorio definido en el Laudo Hayes.