[1] El mismo era un trozo de acero al carbono (es difícil producir chispas con un trozo común de hierro), el cual era denominado "eslabón", y por lo general estaba doblado formando una 'D', o un anillo ovalado, de forma que pudiera ser tomado con dos o tres dedos para rasparlo.A veces se partía el pedernal para obtener un canto filoso para producir una chispa, a veces el pedernal era sustituido por otras rocas duras tales como cuarcita, chert o calcedonia.[2] La tela de carbón era una tela fabricada de alguna fibra vegetal (por ejemplo algodón, lino, o yute) la cual previamente había sido carbonizada mediante pirólisis, lo que le otorgaba una baja temperatura de ignición y un quemado lento lo cual la convertía en un material apropiado para utilizar como yesca.Entonces la yesca en llamas podía ser transportada para encender una vela, a menudo ubicada en un alojamiento en la tapa de la lata, y finalmente la tela era apagada para conservarla para otra oportunidad en que fuera necesaria.[6] La necesidad de contar con fósforos con extremos de azufre dio origen a una pequeña industria doméstica y los mismos eran vendidos por las calles por jóvenes "fosforeras".
Una lata de yesca portátil con su "eslabón" encadenado y pedernal.