El silfio (en griego antiguo, Σίλφιον; en latín, silphium) es una planta extinta desde principios de nuestra era, semejante a la asafétida, muy valorada en la antigüedad en la zona mediterránea por su resina natural, denominada laserpicio (en latín, laserpicium, abreviado a laser), la cual se usaba como condimento gastronómico y como medicina.
Plinio menciona usos para el dolor de garganta, tos, fiebre, indigestión y verrugas, entre otras.
Al parecer uno de sus principales usos era como contraceptivo o abortivo y Plinio le atribuye específicamente utilidad para provocar la menstruación.
[3] Esto es verosímil, ya que muchas plantas de la familia presentan propiedades estrogénicas y abortivas.
El silfio está documentado desde tiempos muy antiguos y su importancia para los pueblos que lo usaron queda atestiguada por el hecho de que tanto la escritura egipcia como la minoica poseían ideogramas específicos para denominar a esta planta.
C, la menciona Teofrasto en su Historia de las Plantas y posteriormente es descrita por Plinio el Viejo en su Historia Natural hacia mediados del siglo I, cuando la planta ya había prácticamente desaparecido.
En ella afirma que la planta valía su peso en plata: Esto lleva a pensar que tal vez el silfio fuera efectivamente una variedad de asafétida, la cual se siguió exportando de las regiones mencionadas por Plinio.
En heráldica se conserva en Italia el silfio d’oro reciso di Cirenaica,[5] una planta estilizada que fue el emblema de las unidades italianas que combatieron en el Norte de África en la Segunda Guerra Mundial.