Pioneras de la arqueología valenciana

La educación superior entre las mujeres era una forma más de prestigio social y no servía para desarrollar una profesión, excepto en campos específicos como la biblioteconomía, los archivos y la enseñanza.

Una situación que sin duda contrasta con la de otros países occidentales, especialmente Inglaterra, donde ya existía una tradición de arqueólogas desde la segunda mitad del siglo XIX.

Fue en este contexto cuando empezaron a escucharse nombres de mujeres, entre las que destacarían Gabriela Martín Ávila, Milagro Gil-Mascarell y Carmen Aranegui, pioneras de la arqueología valenciana.

Entre ellas debemos citar a María Ángeles Vall Ojeda, Matilde Font y Rosa Enguix, cuyos nombres, en algunos casos, quedaron eclipsados por los de sus maridos, de modo que no siempre vieron reconocido su trabajo como arqueólogas.

A pesar de que su breve estancia (1976-1980) supuso un cambio de rumbo en la trayectoria valenciana consolidada por Tarradell y su equipo, tanto Milagro Gil-Mascarell como Carmen Aranegui supieron perpetuar el espíritu renovador que había caracterizado al Laboratorio.

[8]​ En estos años, además, se comenzaron a formar equipos de trabajo multidisciplinar para los proyectos arqueológicos, en los que se contó con la participación de investigadoras como Michèl Dupré y Pilar Fumanal, quienes combinaron los campos de la Arqueología y la Geografía.

En el caso de recién creado Departament de Prehistòria i Arqueologia (1987) se incorporaron en estos momentos profesoras como Ernestina Badal, Consuelo Mata, Elena Grau y Teresa Orozco, que todavía siguen formando parte de la plantilla en activo.