Al principio, parece haberse aplicado a las personas que seguían de cerca la última moda y empleaban impropiamente la palabra précieux con el sentido del español «bonito, excelente», que no tiene en francés.
Las "preciosas", pues, fueron llamadas así por la frecuencia con que empleaban esta voz, como más tarde las incroyables y merveilleuses de la época revolucionaria.
Se ha dicho de las personas que concedían importancia peculiar a los buenos modales, en literatura así como en la vida social; luego, por extensión normal (como en existencialista), de las personas que exageraban estas preocupaciones con ridícula afectación.
En ambos sentidos, el preciosismo representa las mismas tendencias que el culteranismo o el gongorismo español, el marinismo italiano, el eufuismo inglés, todos ellos movimientos sincrónicos.
Vale aclarar que en su momento los poetas fueron útiles para estas mujeres, puesto que con ellos se intercambiaban pensamientos filosóficos y literarios, estos además leían la poesía de estas mujeres y se creaba un ambiente de ilustración.
Ciertos críticos modernos llaman p. a cualquier manifestación literaria recurrente de refinamiento amanerado; lo cual produce una confusión más alrededor de este término, ya bastante vacilante entre su significado positivo y el peyorativo.
"Esas mujeres tomaron posiciones sorprendentemente avanzadas sobre la sexualidad, el matrimonio y la procreación obligatoria.
Las preciosas se divertían, bromeaban, holgazaneaban, se entregaban a ocupaciones culturales (poesía, música y pintura) hacían durar la juventud de las niñas, pasaban agradablemente el tiempo, una reacción hedonista contra las austeridades de la Contrarreforma.
Entre ellos está François Grenaille quien hizo varios escritos en contra de ellas y sus nuevos principios.