La empresa es la más antigua en dicho rubro aún en actividad del país.
Lanvin confeccionó algunas prendas para su hija, las cuales llamaron la atención de varias personas acaudaladas que le encargaron copias para sus niñas.
Pronto, Lanvin se encontraba haciendo vestidos para sus madres.
Su posterior perfume, My Sin, era un aldehído basado en la planta heliotropo.
Siendo una de las más influyentes diseñadoras de los años 1920 y 30, la habilidad de Jeanne Lanvin con los cortes intrincados, los bordados y los adornos con cuentas sobre colores limpios, luminosos y florales se convirtió en su marca personal.