Esa noche Juan y Julia consuman su amor, algo que resulta dramático para Julia, quien ve mancillada su posición social, al haberse relacionado con un criado.
La acción tiene lugar en la cocina del señorío del padre de Julia, donde la novia de Juan, una sirvienta llamada Christina, cocina y a veces duerme mientras Juan y la señorita Julia hablan.
Es una mujer de voluntad firme, aunque caprichosa e insatisfecha.
Fue criada por su difunta madre para que pensase y actuase como un hombre.
Su comportamiento cambia instantáneamente al ver las botas o los guantes del conde, siendo servil y amable.