Finalmente, cuando solo queda con vida el sargento, los árabes se muestran confiados y este les aniquila con ayuda de la ametralladora del avión.
Al poco, promovió como productor asociado a Merian C. Cooper, quien le acabaría sustituyendo con el tiempo.
Posteriormente, participó como aviador en la Gran Guerra, y luego combatió contra el Ejército Rojo hasta ser hecho prisionero.
Ford escogió las que luego darían lugar a La patrulla perdida y El delator.
Esto permitió que Ford se sintiera tranquilo y no recurriera a sus tradicionales actos de rebelión o sabotaje.
Incluso sus problemas con el alcohol —que habían amenazado su carrera poco antes— fueron más manejables a partir de entonces.
[4] Ford se comprometió con RKO a realizar cuatro filmes, de los que La patrulla perdida fue el primero.
[5] Para esta primera apuesta, Cooper solo pudo ofrecerle un presupuesto de 227 703 dólares,[6] ya que la productora no tenía demasiada confianza en una historia sin mujeres ni amor.
[7] Obtuvo un permiso de la Fox y elaboró un nuevo guion completo trabajando con Ford durante ocho días a puerta cerrada.
En ese momento se hacía un descanso de tres horas para evitar lo más caluroso del día.
[18] Otro incidente tuvo lugar al rodar la secuencia en la que el sargento aniquila a los árabes con la ametralladora del avión.
Frank Baker interpretaba a uno de los árabes y sabía que Victor McLaglen —que manejaba el arma— estaba completamente borracho.
Reid representaba para Ford la cara opuesta de Merian C. Cooper, y el director no desperdició ocasión para dejarlo en ridículo o ningunearlo.
[22] Mientras se rodaba la película, Cooper tuvo problemas de salud que le obligaron finalmente a abandonar su cargo en RKO, siendo reemplazado por Pandro S. Berman.
[7] Ford dio al filme un tono sobrio y discreto que progresa lentamente a partir de su escueta premisa argumental.
No hay acción y la violencia es presentada mediante elipsis, pero ese ritmo pausado resulta inquietante.
La amenaza fantasmagórica del enemigo árabe hace que los soldados se apiñen en torno a su jefe intentando sobrevivir.
[28][nota 3] La patrulla perdida ha sido comparada con una película anterior de Ford ambientada igualmente en la Primera Guerra Mundial: Cuatro hijos (Four Sons, 1928).
La angustia se apodera de ellos al ser acosados por un enemigo invisible y ni siquiera la religión —representada aquí por un demente— constituye un consuelo.
[31] El sargento —cuyo nombre no se menciona en ningún momento durante la película— es la pieza central del grupo, cohesionando a sus hombres.
[18][27] En cualquier caso, el actor siempre se sintió orgulloso de esta única colaboración con Ford.
[37] Ford no quería música para la película, pero a la RKO le preocupaba la excesivamente deprimente temática del filme e impuso la presencia de Max Steiner para que su banda sonora intensificara los efectos dramáticos.
Steiner creó un poema sinfónico en miniatura mezclando temas ya conocidos con diversos motivos musicales para cada uno de los personajes.
[33] Desafortunadamente para él, compitió consigo mismo por su dirección del departamento musical en La alegre divorciada y fue derrotado por Una noche de amor.
[28] El National Board of Review y The New York Times la incluyeron en sus respectivas listas de las diez mejores películas del año.
[46] En otra votación similar organizada en 2008 por Dirigido por... con la colaboración de treinta y ocho críticos, obtuvo cuatro votos.
Posteriormente se han realizado diversas nuevas versiones de la misma historia trasladando la ambientación a diferentes lugares y épocas.
En 1939 la misma RKO produjo Bad Lands,[49] un western dirigido por Lew Landers con apaches en lugar de árabes.
[33] Ya durante la Segunda Guerra Mundial se rodaron varias películas pertenecientes al género bélico.
En 1942 se estrenó Manila Calling,[50] que es una variación de La patrulla perdida como ya señaló por entonces The New York Times en su reseña.