Mortalidad en las inclusas españolas del siglo XX

El funcionamiento de las inclusas españolas en el primer tercio del siglo XX era muy similar.

[6]​[7]​ Estas juntas, salvo excepciones, solo se reunían dos veces al año para aprobar las cuentas y no siempre asistían todos sus miembros.

[6]​ Pero el problema más grave y que incidía más sobre la mortalidad de los asilados era la escasez de nodrizas internas que además, en muchas ocasiones, no reunían las debidas condiciones para amamantar bien, y menos a dos expósitos a la vez.

[11]​ Estos informes alababan algunas inclusas inspeccionadas, pero otros señalaban problemas importantes que incidían directamente sobre la mortalidad de los asilados.

Las enfermedades que causaban más muertes en las inclusas durante esta etapa eran por orden de frecuencia las gastrointestinales-nutricionales, las respiratorias (bonquitis, neumonías), meningitis, tos ferina, sarampión y tuberculosis.

[14]​ El primer centro que incorporó esta medida fue la Casa Cuna de Fraisoro en Guipúzcoa.

Cuando los médicos, los responsables políticos y también la prensa achacaban a las taras y a las enfermedades heredadas de los padres la alta mortalidad de los incluseros, anulaban un debate social amplio sobre las medidas que se deberían adoptar para reducir los fallecimientos.

Los debates en la prensa, especialmente por parte del médico Juan Antonio Alonso Muñoyerro, crearon las condiciones para que se tratara en profundidad el tema de la mortalidad en las inclusas y se plantearan soluciones.

Por esa razón, en la tercera década del siglo XX, algunas inclusas tomaron otras medidas, como el traslado a nuevos edificios y la modernización de su funcionamiento.

Inclusa de Santa Florentina
Inclusa de Santa Florentina