Algunos de sus iniciadores fueron Cleto Castro, Jesús Alfaro y Castulo Ruiz, entre otros.
Las escenificaciones de batallas ante musulmanes y cristianos remontan sus orígenes hasta la península ibérica, prácticamente en la inmediatez del triunfo de los Reyes Católicos sobre Boabdil, que puso fin a la Reconquista.
Se cambiaron entonces las narrativas, los diálogos, los símbolos hasta que se produjeron versiones tales como una donde Santiago es inmolado y, después de su resurrección, convertido en aliado de quienes habían sido sus enemigos.
También hay una especie de híbrido en la danza azteca-chichimeca, donde se invoca a Dios y a Santiago; empero originalmente la danza era una exaltación de Ometéotl y Quetzalcóatl.
Se presume que mientras hoy la celebración contempla 12 mil personas, hace 100 años contaba con un millar.
Tambores, cornetas y clarines por las bandas de guerra, utilizando los toques militares reglamentarios.
Rifles elaborados de forma artesanal y cañones, usando ambos pólvora como detonante, la cual esta autorizada por la 11.ª zona militar.