Rodrigo realiza toda una introspección sobre su miseria, y aun así no es capaz de aceptar que a pesar de su evidentes desdichas, Macabéa se encuentra feliz en su interior, pues no parece comprender su desgracia.
Gloria, tras darse cuenta de la tristeza con la que vive Macabéa le aconseja buscar consuelo en una adivina.
[3] Como elemento autobiográfico, Lispector utilizó su infancia para construir a la protagonista Macabéa, puesto que la había pasado en la región Noreste de Brasil.
[3] La novela se compuso a través de fragmentos que Lispector y su secretaria Olga Borelli juntaron.
Para una columna en Library Journal, Peter Bricklebank describió la novela como «introspección y ficción» y que siendo una «meditación compasiva con un buen final, este corto volumen atraerá a aquellos que aman la ficción filosófica».
En ésta y en otras novelas, Lispector pone en duda la habilidad que tiene la ficción de capturar la verdad».