Gracias a este álbum, Divididos lograría, además de forjar su sonido compacto y genuino, alcanzar el reconocimiento generalizado de parte del mundo del rock en Argentina.
“Salir a comprar” muestra la frivolidad menemista sin rodeos bajo un funk criollo imparable y virtuoso que da pie al hit del disco.
“Cristófolo Cacarnu” e “Indio dejá el mezcal” marcan puntualmente el contacto con el reggae y la psicodelia.
La experimental y humorística “Tajo C” pasa revista y presenta el final: “Pestaña de camello (reprise)" donde resuenan variaciones de algunos momentos del disco y llaman a la imaginación, siendo este el tema más experimental del disco con el sonido del sitar en primer plano.
El grupo ya venía ensayando con éxito su particular amalgama de rock, funk y post punk, pero lo que aparece con fuerza aquí es la influencia del folclore, que había comenzado a insinuarse en el disco anterior con “Haciendo cola para nacer”, suerte de baguala de voz y bombo.
Santaolalla, pionero de la integración entre rock y música autóctona con Arco Iris, estimuló esta tendencia, alentado por Gil Solá y también Arnedo (cuyo padre fue el prestigioso folclorista Arnedo Gallo).
Todas las canciones compuestas por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Federico Gil Solá excepto las señaladas.