Cuando los dos invitados (Reponces y El barbero) llegan a la casa, no están contentos porque les molesta la presencia del estudiante.
Pancracio se enfurece al saber que hay otro hombre en casa, pero el ingenio y los cuentos del estudiante sobre la cueva de Salamanca salvan a todos.
El novohispano, Juan Ruiz de Alarcón, quien estudió y residió algún tiempo en Salamanca, se inspira en el entremés cervantino para su obra.
En su comedia se hace notar la inclinación que el escritor siempre sintió por la magia y las ciencias ocultas —lo prueba su biblioteca, analizada por Margarita Peña—,(Arellano 466).
Los estudiosos han coincidido en juzgar a esta comedia como vacía, cuyos principales valores escénicos residen en la parafernalia detrás de una anécdota simple (Fernández 161).