Acercándose para averiguar por qué sucedía ante tal evento, se percató e identificó, que había un follaje distinto al resto, cuya formación era exactamente en forma de cruz.
[2]El sacerdote y cronista Domingo Lázaro de Arregui lo describió en 1621 de la siguiente manera:...entre el pueblo de Tepic y Xalisco, como dos o tres tiros de arcabuz hacia la serranía que llaman Xalisco (cerro de San Juan), el año de mil seiscientos diez y nueve, andando un mozo arreando una bestias se le pasó la yegua en que iba corriendo y no quiso pasar, y reparando él después de haberla dado de las espuelas y hecho otras diligencias para que pasase, vio en el suelo una señal de una cruz en esta manera, que un pedacillo del campo como de diez o doce varas de ámbito en la tierra, estando algo más esponjadita se levantaba más que lo a ella vecino, había diferencia en la yerba a los demás de aquellos campos, porque siendo ella toda muy alta y espesa, esta era menuda, corta y clarisespesa, y crespa, y divisa en cuatro ángulos por dos vereditas muy limpias que hacían una cruz muy proporciona de casi tres varas cada vereda de largo y de más de una vara de ancho; y en lo que parecía la cabeza de la cruz hacía más ancha vereda, ni más ni menos como el letrero que se pone sobre las cruces...[3]La noticia cundió entre vecinos y parientes, mismos que pasaron a cortar parte del follaje para hacerse bebidas, esperando obtener alivio y curaciones a sus enfermedades, y tierra del lugar, que utilizaban como ungüento para obtener tales efectos.
Al darse cuenta de que habían sanado afirmaron que la Santa Cruz era una manifestación divina, entonces “aquél piadoso vecindario construyó una ramada provisional y se cercó la milagrosa señal, celebrándose una misa como acción de gracias”.
[1] La cruz ha sido destruida en tiempos de anti catolicismo en México y persecución religiosa, por el coronel Antonio Rojas, sin embargo, hasta la cruz de zacate resurgió, reafirmando su naturaleza sobrenatural, permaneciendo hasta ahora.
En 1694, los frailes católicos franciscanos que moraban en el convento de San Juan Bautista en el pueblo de Xalisco, ante la historia, decidieron construir un santuario anexo a la cruz de Zacate, formado de un convento religioso, mismo que terminaron en 1784 y funcionó como tal por varias décadas, los cuales se conserva hasta hoy, fortaleciendo la importancia espiritual del sitio, que pasó a ser sagrado.