La bóveda de la muerte

Él deja fuera de funcionamiento la alarma y las luces se apagan, por estar conectadas al mismo circuito.

Lord Silton, el gerente, está particularmente emocionado ya que ahora le permitirán seguir adelante con sus planes para una nueva y más segura bóveda.

La alarma suena pero ellos no se dan cuenta de que él está escondido en un bote.

Al día siguiente la nueva bóveda ha sido colocada y Silton se la muestra a su jefe, Lovegrove.

Silton detesta el cambio pero esta consciente que la nueva bóveda es necesaria para guardar la riqueza de Inglaterra.

Silton está de camino con Penélope y le da las buenas noches a Lovegrove.

En la Mansión Creighton-Ward, Silton agradece a Penélope y desea poder tener un sirviente como Parker.

Penélope llama a Parker y le dice que saque el té.

Silton intenta avisar al banco usando el videófono pero Parker corta los alambres.

Los otros hermanos Tracy son llamados de la picina y Scott sale en el Thunderbird 1.

Él le pide al Thunderbird 2 con la Vaina 5 y Jeff decide que Alan puede acompañar a Virgil.

Desgraciadamente, debido al número de cables subterráneos, La Mole no puede usarse para entrar en la bóveda.

Parker dice haberse perdido pero Penélope ha tenido bastante y lo sacado para exigirle una explicación.

Penélope decide manejar a Londres pero cuando ella se olvida de poner la marcha atrás, ellos casi caen al precipicio.

Scott pregunta a la base si ellos tienen alguna idea acerca de cómo completar el rescate.

La abuela sugiere que ellos podrían tener acceso por los viejos y ahora en desuso túneles del antiguo metro de Londres.

FAB 1 llega al banco y Penélope decide manejar más a menudo.

Lovegrove le insta a Silton que use su llave electrónica para abrir la puerta pero él la ha dejado en la Mansión Creighton-Ward.

Silton y Lovegrove se horrorizan con la rapidez con la que Parker pudo abrirla.