Tradicionalmente, los bares como este han sido lugares de encuentro y reunión informal, frecuentados a diario, por un público mayoritariamente masculino.
[2] El establecimiento fue adquirido en 1916 por Carlos Benedetti Pini y, desde entonces, permanece en manos de su familia, no obstante, el local ya funcionaba como bar desde 1896.
[4] Al ver el paupérrimo aspecto del bar y el tipo de gente que repletaba el establecimiento (fundamentalmente proletariado), habría exclamado: «“¡¿Y a esta piojera me trajeron?!”».
[4] Desde entonces adquirió tal nombre, pero no fue hasta 1981 que se le puso el letrero en el frontis, rindiéndose finalmente al reconocimiento general.
En comidas se ofrecen perniles, arrollados, malaya, huevos duros y también carnes a la parrilla.