Rolando Cárdenas
Su madre, Natividad Vera Barrientos, fallecerá cuatro años más tarde; ella le enseñó a leer y a conocer los cuentos tradicionales de Hans Christian Andersen y de los Hermanos Grimm, que le generaría su primera relación mítica con la imaginería poética.En 1944, al quedar huérfano pasa a depender de su abuela materna, Candelaria Barrientos a quien el vate le dedicará uno de sus poemas más sentidos: Manos tejedoras.Al finalizar la enseñanza secundaria, Cárdenas se ocupa dos años como obrero en la Empresa Nacional del Petróleo de Chile.En 1954 se traslada a Santiago, para estudiar en la Universidad Técnica del Estado donde se gradúa de Constructor Civil, profesión que sólo desempeñó en espacios transitorios de su vida.Ambos son los exponentes más destacados de la denominada, poesía lárica.