En 1993, la primera asamblea —asistida por siete poblados—[n 2] coordinó la demarcación del territorio por legado y mandato del héroe ancestral Kuyujani, acordando que gran parte de esa tierra se ha perdido y que es necesario defenderla para hacer justicia y garantizar un desarrollo sostenible; además, se acordó hacer un registro escrito de la tradición oral yekuana kunuhana.
La segunda asamblea aprobó el registro escrito, Esperando a Kuyujani, abriendo una agenda común entre cristianos y tradicionalistas tras treinta años de conflicto.
Allí se dibujó un mapa de la tierra ancestral —incluyendo lugares sagrados— y se acordó la metodología y la organización de seis equipos para elaborar el mapa técnico, completado en dos meses.
Se está elaborando un tercer mapa que mostrará los recursos naturales, los usos del suelo y elementos culturales, incluyendo los hitos del viaje de Kuyujani y otros lugares históricos.
Otro Futuro está elaborando un libelo explicando el significado del proyecto y un video sobre los trabajos hechos.