Es un árbol muy resistente a la sequía, muy poco exigente en suelos y en labores en general.
Cuando los sacerdotes católicos españoles construían un convento siempre sembraban una higuera, lo cual hizo que los antiguos peruanos la empezaran a llamar “El árbol de Dios”.
[9] Los higos secos son muy apreciados desde antiguo por sus propiedades energéticas, además de ser muy agradables al paladar por su sabor dulce y por su alto contenido en fibra; son muy digestivos al ser ricos en cradina, sustancia que resulta ser un excelente tónico para personas que realizan esfuerzos físicos e intelectuales.
[11] La higuera 'La Casta' es una variedad bífera de tipo higo común.
Árbol de mediano desarrollo, follaje denso, hojas trilobuladas con pentalobuladas.