La apertura de la corola se produce normalmente debido al movimiento que realizan hacia el exterior los pétalos insertos en los receptáculos.
En este caso, los pétalos se separan del receptáculo y la caliptra es expulsada por la presión ejercida por los estambres.
Este proceso ocurre durante el período de floración y es la condición previa a la fecundación.
Esta situación es común en los árboles frutales de hueso o carozo, en los cuales cada flor tiene un ovario con dos óvulos, y cada fruto tiene una sola semilla, ocasionalmente dos.
En manzano los frutos mal polinizados presentan una composición mineral distinta,[3] con menor contenido de calcio,[4] una vida en postcosecha más corta, y mayor susceptibilidad a desórdenes fisiológicos.
Cada grano de polen posee tres núcleos haploides (n cromosomas) que se mueven dentro del tubo polínico.
Este proceso se llama "doble fecundación" y ambas uniones deben ocurrir para un desarrollo normal de la semilla.
En algunas especies la formación de frutos puede producirse sin que haya polinización y fecundación previa.
Son más susceptibles a las caídas naturales y, para obtener un nivel adecuado de producción, es indispensable mantener las plantas en óptimo estado nutricional.
En algunos casos, para que los frutos se desarrollen sin semillas es necesario el estímulo de la polinización, aunque no hay fecundación.
Un ejemplo es la uva 'Thompson Seedless': los embriones se forman pero abortan poco tiempo después de la fecundación.
El polen se produce en las anteras y debe transferirse al extremo del pistilo (estigma) durante la polinización.
Las flores masculinas presentan una conformación adecuada para facilitar la dispersión del polen por el viento y con frecuencia se disponen en amentos.
Se les provee de lugares para construir sus nidos que después pueden ser transportados a otros sitios.
El núcleo espermático en un tubo de crecimiento lento no llegará a tiempo para efectuar la fecundación.
Así, la carencia de algunos elementos nutritivos (boro, calcio) puede disminuir la capacidad germinativa del polen.
Esta composición influye en el proceso meiótico, que parece más sencillo y factible en variedades con número de cromosomas par.
En algunas no ocurre o solo es ocasional (vid, duraznero, damasco, cítricos); en otras es más frecuente (almendro, ciruelo japonés, cerezo, peral, manzano).
En el mundo hay numerosos trabajos genéticos encaminados a la obtención de cultivares autocompatibles.
Las investigaciones de biología floral permitieron seleccionar en muchas especies las combinaciones varietales interincompatibles e intercompatibles.
[24] La planta polinizadora debe reunir una serie de condiciones, que se mencionan a continuación.
En teoría, los ejemplares polinizadores deberían distribuirse lo más regularmente posible en las hileras de la variedad principal.
Se utilizan como agentes polinizadores a ejemplares de diversas especies del género Malus, llamadas también «manzanos silvestres».
Las hileras se disponen a espacios regulares para asegurar una buena dispersión del polen.
La máxima eficacia se produce con días soleados, sin viento y con una temperatura media de 20-22 °C.
Como valor orientativo se puede considerar que un 5 a 10 % de flores abiertas en la plantación frutal es adecuado para introducir las colmenas al monte.
Las malezas y coberturas vegetales deben segarse o incorporarse al suelo antes de la floración.
Una vez finalizada la floración, deben retirarse las colmenas para permitir los tratamientos fitosanitarios que sean necesarios.
Como concepto general debe tenerse en cuenta que, en la medida en que aumentan las dificultades para la polinización (cultivos en espaldera, cultivos en alta densidad, condiciones meteorológicas adversas, especies poco atractivas) se debe mejorar el número y distribución de las colmenas en el monte frutal.
Se denomina cuaje al proceso que marca la transición del ovario de la flor a fruto.