En México alcanzó una gran fama y llegó a ser apodado como "El poeta nacional".
En 1905 eligió abandonar el Seminario y su posible futuro como sacerdote, optando por la carrera de Leyes.
En esa época conoció a Josefa de los Ríos, pariente lejana y ocho años mayor que él, quien le causó una honda impresión.
En 1906 colaboró en la revista Bohemio, publicada en Aguascalientes por unos amigos suyos, con el seudónimo de "Ricardo Wencer Olivares".
A partir de este momento se convierte en defensor ferviente del modernismo, y en 1910 preparó para su edición un manuscrito, que no llegó a publicarse, que será el germen de su futuro libro La sangre devota.
Para la mencionada publicación, Velarde escribió poemas, reseñas y muchos artículos políticos sobre la nueva situación de México.
La poesía mexicana de la época estaba dominada por el postmodernista Enrique González Martínez, escasamente apreciado por López Velarde, como se evidencia en una reseña que publicó por esos años.
En cambio, se siente mucho más afín a José Juan Tablada, con quien mantuvo una cordial amistad.
Sin embargo, esta nostalgia del pasado no está exenta de un cierto distanciamiento irónico, como cuando en el poema "Tenías un rebozo de seda..." se recuerda a sí mismo como un "[...] seminarista / sin Baudelaire, sin rima y sin olfato".
Una de las piezas del libro que mayor interés han concitado es "Mi prima Águeda", donde también está muy presente la ironía.
Por entonces López Velarde comienza a preparar su próximo poemario, Zozobra, que habrá de aguardar todavía dos años hasta ser publicado.
En este sentido, su obra se asemeja también a la del uruguayo Julio Herrera y Reissig.
López Velarde publica artículos en dos revistas promovidas por Vasconcelos, México Moderno y El Maestro.
En Borges, del argentino Adolfo Bioy Casares, se consignan varias consideraciones sobre López Velarde, en especial en torno a poemas como “El retorno maléfico” o La Suave patria, sobre la cual Borges opinaba que «es una extraordinaria prueba de la variedad lograda por López Velarde con los endecasílabos».