Línea de alta velocidad Perpiñán-Figueras

Según el acuerdo hispano-francés, las características del tramo internacional debían ser: alta velocidad, ancho europeo estándar, doble vía y tráfico mixto de viajeros y mercancías.

Seis grupos de empresas fueron seleccionados para participar en el concurso,[10]​ incluyendo una agrupación, «Ferromed», formada por las empresas públicas de ambos Estados, el español GIF (actual Adif) y el francés RFF.

Finalmente, la adjudicación se realizó al consorcio privado TP Ferro, una unión entre la constructora francesa Eiffage y la española ACS.

Esta situación hizo que entre febrero de 2009 y diciembre de 2010 la línea ya finalizada no pudiera ser utilizada, habiendo que compensar a TP Ferro por el retraso en la construcción.

Se dotó a esta línea convencional de vía de triple carril en aquellos tramos en los que la nueva línea no estaba terminada para poder así dar continuidad al ancho internacional hasta Barcelona, conexión utilizada exclusivamente para trenes de mercancías.

La Generalidad confía en que con la apertura de la línea de alta velocidad directa, se recuperen los destinos directos a otras ciudades europeas como Milán, Ginebra, Zúrich, Turín o Hamburgo, que se había ofrecido en el pasado desde la capital catalana, y de paso se abran nuevas líneas en otras ciudades como Bruselas, Ámsterdam, Roma, Viena, Fráncfort o Berlín.