Línea Barcelona-Granollers

Esta obra era totalmente imposible, pues había que subir 800 m de desnivel y esto no era posible hacerlo a base de caballerías.

A este fin, junto con otros inversores, fundó la Compañía del Camino de Hierro del Norte, a la cual Girona Hermanos, Clavé y Cía.

La compañía tuvo que enfrentarse a un cúmulo de problemas.

Si se quería situar la estación dentro de la ciudad había que perforar la muralla y salvar el foso.

Sobre los orificios había una dotación de guardia militar permanente vigilando las entradas.

En un artículo de Joan Guardia Recasens (HMG), publicado por Salvador Llobet con motivo del centenario del ferrocarril de Barcelona a Granollers, nos da los siguientes datos sobre la infraestructura:

[7]​ Esta iniciativa tuvo su continuación en la Material para Ferrocarriles y Construcciones, S.A, de la familia Girona.

La nueva dirección pospuso la llegada a San Juan de las Abadesas y decidió la continuación de la línea desde Granollers hacia Gerona y hacia la frontera francesa, pues se esperaba más rendimiento de esta nueva línea.

Entre 1857 y 1863 se concedieron todos los permisos para línea hasta San Juan de las Abadesas.

Las minas de Ogassa funcionaron hasta 1967 y poco después se cerró la vía entre Ripoll y San Juan de las Abadesas, hoy reconvertida en vía verde.

En 1922, se inauguró el ramal de Ripoll a Puigcerdá, donde enlaza con los ferrocarriles franceses en Latour-de-Carol.

Antigua estación tèrmino de la Compañía del Camino de Hierro del Norte en Barcelona, que explotaba la línea de Barcelona a Granollers. Esta estación acabó siendo conocida como la Estación de Francia y fue derruida para construir la actual, inaugurada en 1929.