Charles Steinmetz inventó la lámpara de haluro metálico en 1912,[1][2][3] y revolucionó la Iluminación del mundo.
Esta lámpara se utiliza actualmente en casi todos los pueblos y ciudades del mundo.
Las mezclas de haluros metálicos afecta la naturaleza de la luz producida, variando correlacionadamente la temperatura del color y su intensidad (por ejemplo, que la luz producida sea azulada o rojiza).
Usualmente estos son llamados haluro metálico de cerámica o CMH (del inglés Ceramic Metal Halide) Algunas lámparas son recubiertas internamente con fósforo para difundir la luz.
En algunos casos se dice que los balastos electrónicos incrementan la eficiencia de la lámpara, reduciendo el consumo eléctrico, pero hay excepciones, por ejemplo las lámparas de alta frecuencia (High Output) o muy alta frecuencia (Very High Output) donde el rendimiento no aumenta con el uso de balastos electrónicos.