Su voz era potente, como afirmaba ella misma: «los negros tenemos las cuerdas vocales una pinta más gruesa que los blancos».
Siendo muy niña, su madre dejó la ciudad de Durazno, y vivieron entonces en diversos conventillos en la capital del país.
Martina Iñiguez determinó que la fotografía escolar de Carlitos correspondía a esta última escuela.
No imaginaba que su vida, cada vez más, iba a estar vinculada para siempre al canto.
La voz de Lágrima Ríos, por su excelente calidad y potencia, llamaba la atención del vecindario, y fue entonces cuando empezaron a invitarla a cantar en reuniones familiares, mientras que en la escuela era quien entonaba siempre el solo del himno nacional.
Ella tenía dieciocho años y fue la primera vez que lo hizo para el público.
En 1950, Alberto Mastra la integró a su trío y le puso el nombre artístico de Lágrima Ríos; con este conjunto estuvo bastante tiempo cantando tangos, siendo la primera mujer negra en hacerlo.
Luego comenzó a salir en carnaval con José Antonio Lungo, que era del barrio.
Lágrima hizo presentaciones con Celia Cruz, Aníbal Troilo, Roberto Goyeneche, Héctor Mauré y Alberto Castillo.
En 1972 editó La perla negra del tango, que dedicó a su maestro Alberto Mastra.
Editó su primer disco compacto en 1997, llamado Cantando sueños, y en 1999 filmó el videoclip del tema «Danza Sur».